Exposiciones
Danza con fotos
16 Noviembre, 2013 - 7 Diciembre, 2013
MAPI (Museo de Arte Precolombino e IndÃgena)
En el devenir de la fotografÃa de los pueblos originarios de la Patagonia Austral existen diversas etapas que se corresponden con los intereses geopolÃticos y comerciales de la región. Se construye en un primer momento la imagen del “indio bueno” y defensor de la soberanÃa.
Afianzado el latifundio patagónico y establecidos en forma permanente los delegados administrativos del Estado nacional, la fotografÃa acompaña la concepción que impone el nuevo modelo ideológico del desarrollo capitalista. Mostrará un perfil negativo de los tehuelches: un estorbo para los estancieros, un obstáculo para el progreso.
La imagen refuerza la epopeya colonizadora de los pioneros y evita captar el despojo. Para la fotografÃa de la época el indÃgena, más que un sujeto (persona), es un objeto (cosa).
Los retratados no tienen nombres propios, las imágenes convertidas en postales llevan textos imprecisos y generalizados: Indios de la Patagonia, Tehuelches tÃpicos, etcétera. La curiosidad antropológica y el interés comercial de los realizadores de postales por lo “exótico” y lo “pintoresco” de los retratados son algunos de los móviles de tantas fotos.
A la fotografÃa antropológica sustentada en los paradigmas del positivismo le preocupa más las formas antropométricas (frente y perfil) que los aspectos culturales. Hacia fines del siglo XIX los antropólogos recomiendan que los “indios” a ser fotografiados estuvieran preferentemente desnudos.
La imagen fue testigo y protagonista durante más de cien años de un proceso de transformación en los pueblos originarios de la Patagonia, proceso en el que la mirada del fotógrafo no fue inocente: respondió siempre a una estética y a una ideologÃa.
Sin embargo, en el documento fotográfico (a pesar de ser otra la intencionalidad del pensamiento dominante) parte de la realidad histórica se filtra y expone. La lente capta más de lo que vio el fotógrafo. Queda en la mirada de cada lector o espectador descubrir las brechas.
Osvaldo L. Mondelo